TOROS EN AZPEITIA

Toros de Ana Romero de buena presentacion y muy poca fuerza para los diestros Luis Vilches (vuelta y pitos), Cesar Jimenez (ovacion y ovacion) y Salvador Cortes (oreja y oreja). Tarde nublada y calurosa con casi lleno en las gradas.

Buena carroceria para un motor de poca cilindrada. Excelente carroceria santacolomeña y motor de muy baja potencia. Asi podemos definir los toros de la ganaderia de Ana Romero que se lidiaron en la plaza de Azpeitia.

La suerte de varas sencillamente, no existió. Una única y medida vara, por eso de cumplir el reglamento, que se redujo a picotazo en el 3º y 4º de la tarde, nos da la medida del poder de los astados. No obstante, llegaron en pie a la muleta y sirvieron para que los artistas se ejercitaran en el toreo de salon.

Luis Vilches, realizó a mi entender el mejor toreo de salon de toda la tarde en este su primero. Incomprensiblemente, a tenor de lo que sucedió a continuación, el publico no pidió la oreja del astado. Con la mosca detras de la oreja, nunca mejor dicho, se inhibió en el siguiente de su lote con sainete espadachín incluido. Supongo que todavía estara elucubrando sobre el público azpeitiarra, al que hasta ayer no lo conocía.

Cesar Jimenez pasó sin pena ni gloria. Ni las posturitas consiguieron calentar al respetable. Un lote un tanto incomodo, no por fiero sino por un molesto cabeceo, no le permitio el entrenamiento de salon. Frio y distante. El maestro Arroyo desde el callejon, que tampoco es la alegria de la huerta, poco pudo ayudarle.

Salvador Cortes, tambien neofito, cayó en gracia y se llevó una oreja de cada toro. Toreo de salon al más puro estilo, con los astados exclamando "¿da su permiso señor maestro?" cada vez que acudían al cite. Enterró el acero a la primera, digo enterrar, y como hoy en día eso es suficiente se llevó los premios antes mencionados.

Tarde aburrida en la que no hubo el más mínimo atisbo de emoción. Pudo haber sido la tarde de las tropecientas mil orejas, pero no lo fue. Mejor así. Hubiera sido un engaño.